Tenemos que hablar de los trastornos de conducta alimentaria

David Brugos, tesorero del Colegio de Psicología de Navarra y director de Recursos Intermedios en la Gerencia de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud – Osasunbidea, ha publicado este artículo de opinión en Diario de Navarra sobre los trastornos de conducta alimentaria.

Hoy 30 de noviembre es el Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), y me gustaría destacar su enorme importancia, ya que los TCA pueden considerarse un problema de salud pública de primera magnitud. En primer lugar, me detendré en definir exactamente qué son los TCA: un grupo de trastornos caracterizados por una alteración persistente en el comportamiento alimentario que conlleva un deterioro significativo de la salud física y/o el funcionamiento integral de las personas que lo padecen. Entre los TCA se incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, entre otros.

Los TCA generan problemas graves de salud mental que afectan a millones de personas en todo el mundo. Se estima que entre el 1 y el 3% de la población padecen algún tipo de TCA. Son diez veces más frecuentes en mujeres que en hombres, y habitualmente se inician en la segunda o tercera década de la vida, si bien existen indicios de una aparición cada vez más temprana. De hecho, tras la reciente pandemia mundial por Covid-19 se ha producido un incremento de la casuística y una reducción en la edad de inicio.

Los TCA constituyen la tercera enfermedad crónica más frecuente en adolescentes, e incluso la anorexia nerviosa es la enfermedad psiquiátrica con una mortalidad mayor. Aunque la media de edad de inicio son los 18 años, el 75% de los casos debutan siendo menores de edad. La bulimia nerviosa, por su parte, se suele iniciar más tardíamente y presenta en general, un mejor pronóstico, pero la frecuente coexistencia de otros trastornos, como los de personalidad, control de los impulsos o el consumo de sustancias, empeoran su evolución tanto a corto como a largo plazo. Finalmente, queremos señalar que entre un 20 y un 40% de los TCA pueden llegar a cronificarse, lo que conlleva un importante deterioro de la salud y funcionalidad de la persona que los padece.

El abordaje de los TCA es, necesariamente, multidisciplinar y gira alrededor de dos dimensiones clave: los aspectos de salud física, incluidas las cuestiones relaciones con la desnutrición y los aspectos de salud mental (los trastornos propios de los TCA y los otros trastornos que se puedan presentar asociados).

Para la Gerencia de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud, los TCA son una de sus líneas estratégicas prioritarias. De hecho, lleva desarrollando servicios especializados para la atención a estos trastornos hace más de 10 años, encontrándonos en la actualidad en una fase de reorganización de estos programas, con la intención de poder intervenir de un modo más precoz e intensivo en los TCA, ya que ello mejora la evolución y el pronóstico.

Esto es así porque en la Gerencia de Salud Mental somos muy conscientes, y estamos muy sensibilizados, con esta realidad que conlleva una enorme trascendencia, tanto para las personas que los sufren, como para su entorno más cercano, y un reto para todos los profesionales implicados en la prevención, en la detección precoz y en la atención de estos pacientes. Porque los TCA, con una correcta atención y los medios adecuados, se pueden mejorar de un modo significativo.