Rosa de Cruz: “La detección temprana del trastorno de apego es fundamental para evitar daños posteriores mayores”

09 Mai 2017
Rosa de Cruz

Rosa de Cruz: “La detección temprana del trastorno de apego es fundamental para evitar daños posteriores mayores”

El Colegio organiza en junio un curso, impartido por Valentín Escudero, sobre el trastorno de apego.

El trabajo con familias que sufren un trastorno de apego”, es el curso que ha organizado el Colegio de Psicología de Navarra para el próximo mes de junio y que será impartido por Valentín Escudero, profesor titular del departamento de Psicología en la Universidad de A Coruña. Hemos hablado con Rosa de Cruz, vocal del Área de Intervención Social de la Junta del Colegio de Psicología de Navarra y organizadora de este curso. El plazo para inscribirse está abierto y para hacerlo hay que enviar un email al correo dnavarra@cop.es o llamar al teléfono 948 17 51 33.

¿Qué es el apego?
El apego es el vínculo afectivo que establece el bebé durante el primer año de vida con las personas que lo cuidan, con uno o varios cuidadores. Generalmente se mantiene ese vínculo durante toda la vida,  salvo situaciones muy extremas.  

¿Qué nota el bebé cuando establece una relación con otra persona?
Este vínculo es de vital importancia ya que el bebé necesita sentirse aceptado y protegido incondicionalmente para su adecuado desarrollo emocional, teniendo un papel relevante en la organización de la estructura psíquica y en la prevención de trastornos mentales.  Este vínculo, además, está relacionado con un funcionamiento cerebral sano, favorecido por la interacción sensible, empática y coherente entre el bebé y sus figuras afectivas principales.

¿Qué se entiende como el "trastorno del apego"?
Hablamos de un trastorno del apego cuando existe una dificultad importante en el establecimiento de esta relación, por diversas razones, como situaciones de maltrato, abandono, pérdida o inconsistencia de las figuras cuidadoras, etc., de tal modo que afecta al desarrollo emocional del niño. No obstante, la capacidad de establecer nuevos vínculos de apego permanece abierta durante toda la vida, de manera que niños relativamente mayores pueden apegarse a nuevos cuidadores, por ejemplo, a los padres adoptivos, a algún hermano y, en la vida adulta, a la pareja.

¿En qué puede variar normalmente el crecimiento de un niño que crece sin una figura de apego?
Cuando se establece una relación incondicional, segura y protectora, los niños sienten que son queridos, desarrollando lo que llamamos “modelo de relación interna”,  una interpretación de “cómo me tratan” y “qué puedo esperar de las figuras que me cuidan”. En función de cómo sean esas relaciones, nuestro modelo de relación interna variará, por lo que variará también el modo en que aprendemos a relacionarnos, lo que esperamos de los demás, nuestras emociones, la interpretación o las reacciones a las diferentes situaciones con las que nos enfrentamos.

Por lo tanto el desarrollo de un niño se verá condicionado por tener una figura de apego más o menos consolidada…
La calidad de estas relaciones influye de manera muy importante en la organización, maduración y desarrollo cerebral. El establecimiento de un apego seguro, con un trato empático, afectuoso y sensible a las necesidades del bebé favorece y propicia un desarrollo cerebral y estructura psíquica sana. Por el contrario, cuando el vínculo de apego se establece de forma inadecuada, dando lugar a un apego inseguro o desorganizado, el desarrollo emocional y el funcionamiento cerebral puede verse comprometido.

¿Cuáles son las características habituales de una persona que ha crecido sin una figura de apego?
Las consecuencias de haber crecido sin una figura de apego o haber desarrollado un trastorno del apego pueden variar en función de la persona, el ambiente, las circunstancias etc. Pueden darse con frecuencia dificultades importantes en las relaciones con los demás, en la vivencia o interpretación que hacemos de estas relaciones, en la gestión de las emociones, o en las conductas o reacciones ante determinadas situaciones, dando lugar en algunos  casos  a problemas de conducta importantes o problemas de salud mental. 

¿Qué recursos debe emplear el psicólogo con adolescentes o adultos con una historia de apego inseguro?
El profesional de la psicología debe establecer en primer lugar una buena alianza terapéutica, es decir, debe conseguir un buen “enganche” con el adolescente o el adulto, establecer una buena “sintonía” en la construcción de esta relación, donde la persona se sienta reconocida, comprendida y aceptada.

Unido a esto, el contexto terapéutico debe ofrecer una “base segura” sobre la que poder abordar las dificultades emocionales vividas por la persona. Esta relación terapéutica puede ser una  experiencia “correctora” de esas vivencias relacionales fallidas o negativas de las que provienen muchos adolescentes “problemáticos” o adultos, contribuyendo a reparar el daño emocional vivido y estableciendo nuevas formas de comunicarse y relacionarse más sanas.

¿Es la sociedad comprensiva con los niños y adolescentes que tienen problemas familiares?
Se da una mayor conciencia de las necesidades emocionales, familiares, sociales etc, que pueden tener estos menores, sin embargo el análisis y la comprensión de estas situaciones puede ser algo más complejo.

Existen recursos profesionales donde se ofrece apoyo y atención adecuada a las familias que se encuentran con estas dificultades. No obstante, se hace necesario ampliar la detección temprana y la atención de estas dificultades desde los diferentes ámbitos donde se encuentran (salud, educación, servicios sociales etc), ya que en muchos casos, ha pasado tiempo hasta que la familia pide ayuda y la situación es más grave.

Desarrollar una mayor sensibilización en los diferentes ámbitos  y ofrecer la ayuda necesaria lo antes posible es fundamental para poder abordar estas dificultades y evitar que el daño sea mayor.

¿Qué queréis que aprendan los psicólogos que se inscriban en el curso con esta formación?
Los menores que han sufrido estas situaciones relacionadas con problemas en el establecimiento del apego pueden experimentar un nivel de sufrimiento emocional elevado, presentar conductas preocupantes, relaciones familiares complejas etc.  Con esta formación nos gustaría que los profesionales de la psicología adquirieran algunas herramientas y estrategias necesarias a la hora abordar estas problemáticas en el ámbito familiar, ya que el trabajo en terapia con estas familias puede ser complejo.

¿Por qué veis oportuna hacer esta formación ahora?
Nos parece importante abordar las dificultades del apego que se da en los menores, ya que una intervención en estas familias puede contribuir a disminuir estos problemas y las consecuencias que puede tener para los menores a largo plazo a nivel psicológico y social.